Animadores Hospitalarios

Los Animadores Hospitalarios somos un equipo que desde el 2004 venimos trabajamos para garantizar los derechos a la salud, la educación, el buen trato y la recreación de los niños, niñas y adolescentes. Somos defensores de la alegría. Creemos que la alegría es un estado esencial para la salud de las personas, además, al generar bienestar, es una manera de prevenir y curar enfermedades.

Recuperar el juego y la alegría es recuperar y reconstruir el lazo con los otros

Nuestros Fundamentos

La medicina tradicional es generalmente reacia a abrirse a nuevos campos que, a primera vista, no tienen que ver con el rigor científico. Este es el caso de los intentos de muchos médicos y profesionales de otros campos que han intentado llevar el tema del humor y, en forma más amplia el estado anímico, al centro de la discusión sobre las causas de muchas enfermedades. Pero también, en el sentido inverso, demostrar que el humor y su producto inmediato, la risa, pueden ser elementos positivos en las terapias de recuperación. No se trata de curarse a carcajadas, pero sí a base de grandes sonrisas.

En 1926 ANA FREUD fue una de las primeras personas que utilizó la ludoterapia y la introdujo en sus tratamientos psicoanalíticos de niños con trastornos, formulando un método para incluir al niño en la acción terapéutica. Hacia 1930 se inauguró un servicio de psiquiatría infantil en el departamento de pediatría del Hospital John Hopkins, y en las décadas siguientes se crearon centros de formación y cátedras en las principales universidades, periódicos especializados, sociedades nacionales e internacionales, dispensarios y unidades residenciales para niños con trastornos emocionales, llevándose a cabo intensas actividades de investigación.

El humor y la broma quieren que la medicina les tome en serio. Para más de 600 especialistas sanitarios de Estados Unidos, la risa tiene propiedades curativas y preventivas y es una disciplina que debe formar parte del currículo académico de los facultativos. La "Asociación para el Humor Terapéutico de EEUU" (AATH) se está convirtiendo en la pionera de la reivindicación de las recetas de alegría y diversión. Psicólogos y cirujanos han incorporado el humor a su práctica.
Los facultativos deben bajarse del pedestal, renunciar a la actitud grave frente a las enfermedades y optar por el humor», proclama Steven M. Sultanoff, presidente de la AATH. Sultanoff, que ejerce la psicología, se convirtió en entusiasta defensor de la teoría del júbilo hace 12 años. En su clínica de California instruye a todo el personal para que introduzca el humor en su relación con los pacientes. Decenas de estudios, recogidos en revistas científicas y respaldados por distintas organizaciones médicas están dando fe de los efectos de la risa, pero hasta ahora estas recomendaciones no se estaban plasmando en quehacer clínico.

A partir de 1970 PATCH ADAMS revoluciona los hospitales de Estados Unidos al encontrar una manera muy especial de tratar con los pacientes que se encontraban internos en el hospital de Virginia Occidental; es así como estudia medicina y crea el centro Gesundheit donde practica la Terapia de la Risa, rescatando una manera muy particular de fortalecer la salud emocional de los pacientes.
A Adams no le importó recibir el trato de payaso durante estos años en los que se ha dedicado a buscar financiación para su Gesundheit Institute (Instituto del Buen Animo), donde aspira a crear un hospital modelo donde las relaciones entre paciente y doctor sean prioritarias. En la reciente conferencia anual de la AATH, Adams fue la estrella invitada. Pese a su extravagancia, está contribuyendo a cambiar la actitud de muchos médicos y de buena parte del personal sanitario».

El Presidente de la AATH, el psicólogo Sultanoff, ha realizado sus últimas investigaciones sobre la relación entre el humor y las enfermedades cardiacas. El buen ánimo incrementa la creación de inmunoglobulina y reduce el nivel de hormonas propias del estrés, mientras que desde un punto cognitivo y emocional disminuye las sensaciones de ansiedad, rabia, depresión o culpabilidad, factores que potencian las enfermedades coronarias. Sin embargo, asegura Sultanoff, las aplicaciones de esta terapia van más allá. También existen cirujanos que recurren al humor en sus relaciones con sus pacientes: tranquilizan al paciente en el preoperatorio y reducen el tiempo de recuperación después de la intervención».

Otros estudios aseguran que el humor ayuda a activar sustancias que reducen la sensación de dolor y aumentan la capacidad de tolerancia ante éste. Pero para Sultanoff, la gran virtud del humor es su capacidad preventiva. Es lo que denomina visión cómica» del entorno. Se trata de una actitud para percibir el humor en todas las cosas, una especie de sentido lúdico que contribuye a mejorar la salud.

La Terapia de la Risa comienza a extenderse por todo el mundo. Algunos de los países que la están practicando son: en Suiza, la Fundación Teodora; en Brasil, los Doctores de la Alegría; en Francia, los Hoppiclowns. También tenemos payasos hospitalarios en Gran Bretaña, Rusia, Sudáfrica, Hong Kong, Italia, España y Colombia.

Emulando el lenguaje médico, podemos decir que la risa es un remedio terapéutico sin contraindicaciones que puede ser recetado para multitud de dolencias. El cometido de un animador hospitalario es alegrar la vida de los pacientes. Y si el paciente es un niño, mejor...

Según los especialistas la risa tiene un poder curativo que puede acelerar la recuperación. Se han detectado modificaciones producidas por la risa que estimulan favorablemente el sistema inmunológico y que reducen en el organismo el nivel de hormonas relacionadas con el estrés. Un ataque de risa alivia la tensión, relaja los músculos y provee de un antídoto contra la depresión. Una carcajada logra reducir la presión sanguínea y estimula la liberación de la endorfina (químico cerebral que tiene un efecto anestésico). Esto, sin contar que también se convierte en un excelente ejercicio físico: obliga a que el diafragma, el tórax, el abdomen, el corazón y los pulmones entren en acción.

Implica un concepto de salud que tiene que ver con cómo construye sus lazos y se organiza una comunidad. Debemos estar en el lugar en donde se produce y se construye la salud, para tratar de colaborar desde la recreación en esa construcción.


El programa se enmarca en la evidente necesidad de proporcionar al paciente infantil una atención integral que contemple, además de una mejor calidad sanitaria, un soporte ambiental y psicoafectivo que ayude a reducir el impacto y el estrés que acostumbra acompañar la hospitalización de los niños y de sus familiares. A través de técnicas y recursos artísticos (música, magia, recreación, cuenta cuentos, etc), los animadores aportan momentos de distensión, relajación, distracción y fantasía, que ayudan a que la experiencia hospitalaria de los niños y sus acompañantes sea más dulce, más alegre, más humana.